Los trabajadores del acero de Thyssenkrupp han exigido a la compañía inversiones para el futuro y han criticado a la gerencia por retrasar la presentación sobre sus planes para el negocio del acero mientras pone en marcha la venta de la unidad de ascensores.
El conglomerado industrial alemán está tratando de recuperar su situación después de dos intentos fallidos de reestructuración desde julio de 2018. La compañía tiene como objetivo recortar miles de empleos y vender algunas de sus divisiones, entre ellas la unidad de ascensores, la más rentable del grupo.
El negocio del acero, cuyas raíces se remontan a más de 200 años, ha sufrido una fuerte caída en las ganancias y Thyssenkrupp está planeando unos recortes de plantilla que afectarían a cerca de 2.000 trabajadores. “Exigimos un compromiso claro de Thyssenkrupp con respecto a la situación del acero”, dijo el lunes a Reuters Detlef Wetzel, vicepresidente de la junta de supervisión de Thyssenkrupp Steel Europe, quien añadió que desean también que se aclare la situación de los empleados, que se manifestarán el próximo martes, 3 de diciembre.
Thyssenkrupp Steel Europe emplea a cerca de 27.000 personas y sus trabajadores viven en una gran incertidumbre sobre su futuro después de que fracasara el acuerdo para fusionar la unidad con la división europea del grupo indio Tata Steel a principios de este año. Thyssenkrupp se había comprometido a presentar una nueva estrategia para el acero este mes de noviembre, pero ahora lo ha retrasado al próximo mes. En octubre, Klaus Keysberg, miembro de la junta directiva de la compañía dijo que la intención es seguir comprometidos con el sector del acero, pero no proporcionó detalle alguno.
Mientras tanto, el proceso de venta de la unidad de ascensores de Thysenkrupp sigue adelante y se espera que durante el primer trimestre de 2020 se decida el comprador y el porcentaje de acciones con el que entrará en la junta.